¡¡Hola a todos, gracias por ser parte!!
Hoy quiero compartir con ustedes una de las experiencias más inesperadas de mi vida, y fue vivir en Trinidad y Tobago. ¿Porque inesperada? pues quizás como era un país tan cercano al mío nunca me plantee vivir allí, a veces cuando uno sueña apunta lo más lejos posible sin darse cuenta que hay tesoros más cerca de lo que se cree.
Y me sucedió, por una jugada ganadora del destino contrataron a mi esposo allí. Muchas personas cercanas me dijeron que sería una mala experiencia en mi vida debido a que era un lugar muy tranquilo para la vida citadina y de estrés que suelo disfrutar, pero gracias a que he cultivado el don del agradecimiento le hice caso omiso, solo podía pensar en lo emocionante de conocer un país del cual conocía tan poco que mis expectativas buenas o malas estaban en cero.
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Atardecer en San Fernando. Foto propia. Y llego el día de enfrentarme a mi nueva realidad con la mejor disposición empezó mi cerebro a comprender que ahora conduciría por el lado izquierdo, no puedo negar que saltaron mis nervios y como es lo normal mi cerebro se negó y gritaba peligro!!! jajaja y yo pensaba: sentí esto al empezar a conducir carros manuales y luego fue pan comido porque no intentarlo ahora por el lado izquierdo. |
Luego vino el día a día y descubrí que el acento del inglés que ellos hablan es precioso, pero como sociedad tienen bastante jerga propia, slangs y un elegante acento británico los cuales para mi eran otro idioma así que tuve que armarme de valor y empezar a repetir la frase más fastidiosa del mundo ¨me puedes hablar despacio por favor¨, recibiendo siempre una sonrisa y trato amable.
Luego de superados estos dos obstáculos de mi mente, comenzó un día a día diferente ya adaptada y fui descubriendo una paz que nunca había experimentado en mi vida, días muy soleados quizás era la vitamina C que me mantenía tan relajada, fines de semana de playa porque por primera vez en mi vida vivía a menos de una hora de la playa y personas tan amables y felices que podía pasar horas hablando con ellos conociendo su cultura, sus costumbres, enseñándoles a muchos sobre mi país, todas estas conversaciones eran muy interesantes debido al grado de asombro de ambas partes yo no podía creer que pase toda una vida al lado de esta belleza de país y ellos no podían creer que tenían al lado un lugar con picos nevados.
Fue realmente sorprendente encontrarnos tan diferentes estando tan cercanos, (solo estamos separados por un angosto trecho de mar que recorres en un ferry en dos horas y media) pero no hay similitud en el lenguaje, la comida, nuestras razas, religiones (esto si es muy importante para mi destacarlo debido que es el único lugar en el que he visto una confluencia de religiones tan variada y aceptada que no importa que religión profeses es la tuya y se respeta y se celebran tus onomásticos, tus días festivos, tus días de descanso, tus días especiales, tus días sagrados, aquí encuentras: Cristianismo, Hinduismo, Islam, Orisha, entre otras, y es que gozan de una cultura tan rica resultado de una mezcla maravillosa de aportaciones africanas, indias, americanas, chinas, francesas y por supuesto británicas que lo hace ser una sociedad muy interesante.
También debo hablar de Tobago la otra isla del país, tomar un ferry y llegar a Tobago no tiene palabras que lo describa, Tobago es mágico, sus playas, su clima, un paraíso terrenal. Una de las ventajas que tiene este país es la cantidad de conexiones a islas paradisiacas, barbados, St Lucia, Grenada, St Vicent, Dominica, Antigua, Curazao, lo hace estar muy bien posicionado geográficamente.
Tuve el honor y la dicha de vivir allí casi dos años y no me cansare de repetir que han sido los dos años más tranquilos, relajados y en paz que he pasado en mi vida, donde la palabra gracias estuvo presente en cada una de mis oraciones en la noche, donde mi hija fue tan feliz en su escuela con maestras amorosas y pacientes para que hablara inglés como ellas.
Solo me llevo una herencia de circunstancias positivas que nunca olvidare, me queda la firme convicción de que no importa cuál sea tu raza o religión todos somos iguales y debemos respetarnos y aceptarnos y solo ver lo bueno de cada uno y amarnos, porque sin duda una sociedad que se acepta y tiene una convivencia tan armónica a pesar de sus diferencias es digna de ser admirada, amada y tomada como un ejemplo grandioso de lo hermoso que es la diversidad, fue una gran lección en esta etapa de mi vida …después de todo, los treinta son así.